Si en Italia el código de circulación ha tomado medidas enérgicas contra los patinetes y scooters eléctricos, con la obligación de llevar casco, seguro y, próximamente, matrícula, la guerra entre Ucrania y Rusia ha transformado este medio de transporte en un arma real y propia. .
Las fuerzas de seguridad ucranianas llevaron a cabo una operación en la capital rusa, en la que el teniente general Igor Anatolyevich Kirillov fue asesinado mediante una bomba instalada en un scooter eléctrico.
Se sabía que Kirillov, jefe de las tropas de defensa química, biológica y nuclear del ejército ruso, era responsable del uso de gas venenoso cloropicrina durante las primeras etapas del conflicto contra Ucrania. Según el New York Times, el uso de esta sustancia se considera un crimen de guerra según la Convención sobre Armas Químicas..
El ataque se produjo el martes por la mañana en Moscú, cuando una bomba escondida en un scooter eléctrico explotó frente a un edificio residencial, matando a Kirillov y su asistente.
El daño causado por la explosión se limitó al área inmediata, lo que sugiere que el dispositivo era pequeño y estaba diseñado para apuntar específicamente a Kirillov. Según las autoridades, el explosivo habría sido activado de forma remota.
A dar una idea de lo que pasó habría algunos testigosquien afirmó haber visto un patinete eléctrico apoyado contra una pared poco antes de la explosión, un rasgo común en la zona que no habría levantado sospechas.
Esta información, combinada con imágenes de videovigilancia, demostró cómo la detonación comenzó realmente desde la posición del scooter, cuyos restos carbonizados fueron recogidos por las autoridades para su análisis.
El uso no convencional de vehículos de micromovilidad, como scooters eléctricos, bicicletas eléctricas y motocicletas a batería, está siendo una táctica recurrente adoptada por Ucrania en el conflicto contra Rusia. Estos vehículos, compactos y silenciosos, han sido utilizados en varias ocasiones con fines militares, especialmente tras la invasión rusa de 2022.
Por ejemplolas bicicletas eléctricas producidas por la empresa ucraniana Delfast se utilizaron como plataformas móviles para transportar cohetes NLAW, capaces de derribar tanques rusos. Con una velocidad máxima de 80 km/h y la capacidad de moverse en terrenos accidentados, estas bicicletas han demostrado ser ideales para transportar equipos pesados manteniendo un perfil bajo gracias a la reducción del ruido y la ausencia de emisiones térmicas.
En otros casos, los soldados ucranianos han empleado pequeñas embarcaciones eléctricas, como kayaks motorizados, para operaciones a lo largo de ríos y vías navegables estrechas.
La respuesta rusa
Rusia también ha intentado introducir vehículos no convencionales en el campo, aunque con resultados menos exitosos. Un ejemplo desafortunado es el de los soldados transportados en carritos de golf eléctricos, que provocaron derrotas durante los intentos de asaltar posiciones ucranianas a principios de año.
La operación que condujo a la muerte de Kirillov demuestra cómo la guerra está empujando a ambos frentes a explotar nuevas tecnologías y medios no convencionales para obtener una ventaja estratégica.
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