La Ricoh GR IV Monochrome llega de verdad esta vez

El encanto absoluto del blanco y negro llega al tamaño de bolsillo. Hay algo profundamente romántico en fotografía solo en blanco y negro en 2025. Es como escribir con pluma estilográfica cuando existen ordenadores, o preferir el vinilo al streaming. Pero cuando esta elección romántica se combina con la tecnología, aquí nace. algo especial: el Ricoh GR IV Monochrome, previsto para la primavera de 2026, promete ser precisamente esta combinación perfecta de nostalgia e innovación.

La cámara, anunciada el 20 de octubre por Compañía de imágenes Ricoh Después de innumerables rumores de los que os hemos contado en los últimos meses, representa un punto de inflexión para la serie GR que acompaña a los fotógrafos callejeros más exigentes desde hace casi treinta años. Desde el primer modelo cinematográfico en 1996 hasta la revolución digital de 2005, la filosofía no ha cambiado: máxima calidad de imagen, respuesta ultrarrápida y portabilidad extrema.

Ahora, con esto versión monocromáticaRicoh sube aún más el listón al entrar en un territorio hasta ahora dominado casi exclusivamente por Leica con sus carísimos Monochroms.

El secreto está todo en el sensor. CMOS APS-C de 25,74 megapíxeles completamente desprovisto de matriz de bayerla “cuadrícula” de filtros de colores (rojo, azul y verde) que permite a los sensores digitales capturar información de color. Eliminando esta capacada píxel puede recoger toda la luz disponible, sin tener que interpretar ni interpolar colores. El resultado es uno mayor resolución efectivauna nitidez que corta como una navaja y una capacidad para capturar tonos de grises que harían sentir envidia a Ansel Adams.

Ricoh presenta GR IIIx, fotografía callejera con lente de 40 mm

El camino abierto por Leica

Esta no es la primera vez que un fabricante japonés apuesta por el blanco y negro puro. pentax (marca adquirida por Ricoh hace años) ya había experimentado este camino con su reflex vintage K-3 Mark III Monocromo. Pero fue la empresa alemana Leica la pionera en este concepto. La empresa Wetzlar ha demostrado que existe un mercado dispuesto a pagar sumas considerables por cámaras dedicadas exclusivamente a la monocromía. Desde 2012, con el primer M Monocromo (estrictamente sin la “e” final, porque es una palabra alemana, no inglesa), la marca alemana ha creado un culto en torno a estos sensores especializados, con precios que se acercan a los diez mil euros.

Sin embargo, los japoneses de Ricoh juegan un juego diferente. Mientras Leica aspira a una exclusividad absoluta, la empresa japonesa quiere democratizar el blanco y negro de alta calidad. El GR IV Monocromo probablemente mantendrá un precio relativamente más asequible en línea con el GR IV “normal” (aunque aún no se ha anunciado, pero debería ser entre 1500 y 2000 euros), al tiempo que ofrece actuaciones que sobre el papel no tienen nada que envidiar a las reinas alemanas.

El sensor de 26 megapíxeles efectivos, libre del filtro Bayer, promete una representación de detalles impresionante, mientras sensibilidad que alcanza hasta ISO 409.600 abre escenarios antes impensables para la fotografía en condiciones de luz extremas.

El objetivo sigue siendo el clásico. 18,3 mm f/2,8 equivalente a un 28 mm en formato de 35 mmla distancia focal que probablemente le habría encantado a Henri Cartier-Bresson si no le hubiera gustado tanto su 50 mm. Es el ángulo de visión perfecto para la fotografía callejera, lo suficientemente amplio como para capturar el contexto pero no tan amplio como para distorsionar la realidad. Estabilización de cinco ejes que compensa hasta siete paradas le permite disparar a mano alzada incluso en condiciones prohibitivas, mientras que el procesador Motor GR 7 garantiza una respuesta instantánea y ayudará aún más con algoritmos rediseñados para fotografías en blanco y negro.

El verdadero encanto de esta máquina, de hecho, radica en los detalles diseñados específicamente para blanco y negro. Los controles de imagen han sido rediseñados para ofrecer parámetros como contraste selectivo para luces y sombras, efecto de grano que simula películas clásicas y tono HDR para manejar escenas de alto contraste dinámico. Son herramientas que te permiten define tu propio estilo monocromático ya durante la fase de rodaje, sin necesariamente tener que pasar horas en postproducción.

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La estética del minimalismo

Incluso la estética de la cámara abraza la filosofía monocromática. Todos los detalles coloreados del cuerpo de la cámara desaparecen.: Las luces de encendido, las impresiones de pantalla en los diales y los botones se vuelven blancas sobre negro. Es un detalle que puede parecer superficial, pero que revela la atención obsesiva de Ricoh por la coherencia del proyecto. Una edición “normal” pero con la aspiración de una serie limitada. Cuando sostienes esta máquina, entras por completo en una dimensión donde el color simplemente no existe.

Allá Memoria interna de 53GB le permite archivar miles de tomas en formato RAW DNG de 14 bits, mientras que la ranura microSD garantiza una capacidad de ampliación prácticamente infinita. El monitor LCD de tres pulgadas no inclinable paradójicamente mantiene la pantalla en color, una elección pragmática que permite navegar más fácilmente por los menús y evaluar mejor la exposición mediante histogramas y advertencias de sobreexposición. Conectividad WiFi 6 y puerto USB-C con soporte DisplayPort hacen que esta pequeña maravilla se integre perfectamente en el flujo de trabajo digital contemporáneo.

Junto con este modelo “incoloro”, Ricoh también anunció una versión GR IV del HDF (Filtro de difusión resaltado), que se introdujo con el Ricoh GRIII. Prácticamente la misma máquina tradicional en cuyo interior se ha añadido un filtro difusor que atenúa las mechas creando un efecto «nube» brillante y suave.

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Sin más colores

Hay algo profundamente zen en fotografiar sólo en blanco y negro. Elimina las distracciones del color y te obliga a concentrarte en la composición, la luz, la textura y la forma. El GR IV Monocromo no es sólo una herramienta para nostálgicos o puristas: es una declaración de intencionesuna forma de ver el mundo a través de una lente diferente. En una era en la que todos los teléfonos inteligentes pueden tomar fotografías técnicamente perfectas y saturar colores más allá de lo imaginable, elegir el monocromo puro es un acto de resistencia creativa.

La espera hasta la primavera de 2026 será larga, pero probablemente valga la pena. Ricoh está demostrando que la innovación no siempre significa añadir funciones, pero a veces eliminar lo superfluo para llegar a la esencia. Y en el caso de la fotografía, esa esencia podría estar precisamente en las infinitas tonalidades que separan el negro del blanco.